En nuestro constante periplo por la nueva discografía producida en España acostumbramos a señalar la importancia que estas iniciativas tienen para la difusión de nuestra música, en un contexto general poco favorable, en el que los grandes sellos prácticamente han dejado de producir obra contemporánea. Por eso, siempre es bienvenido un registro que pretende dar a conocer la obra de compositores españoles, sobre todo si además están apoyados por interpretaciones de la talla de la que presentamos.
Este caso se trata de un CD protagonizado por dos experimentados intérpretes que ya habían colaborado en otro proyecto discográfico (Música española para saxofón): el saxofonista Manuel Miján –catedrático numerario del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid desde 1992 y por cuyas manos han pasado muchos de los músicos actuales de este instrumento- y el pianista y también compositor Sebastián Mariné –autor de música de cámara, sinfónica y escénica, que actualmente ejerce la docencia como profesor de piano en el mismo conservatorio superior madrileño, así como en la Escuela Superior de Música Reina Sofía, desde su fundación en 1991-. Por tanto, como decimos, estamos ante dos músicos de dilatada experiencia interpretativa y un conocimiento muy profundo de la música de nuestro tiempo, dada su especial dedicación a ésta a lo largo de su carrera profesional.
Respecto a los compositores y sus obras –que comentamos más abajo-, el registro nos invita a conocer seis composiciones de década de los 90 del siglo XX, así como una obra del 2000. Por tanto, ya tenemos un hilo conductor bien definido, el temporal, que nos sitúa en un período muy concreto de la producción española. Los autores escogidos por el dúo Mijan-Mariné pertenecen a varias generaciones, siendo Román Alís y Luis Blanes (nacidos en 1931 y 1929, respectivamente) los que se colocan como referencia generacional; José Susi (1945) se situaría en un punto medio, y Enrique Rueda (1963), Juan Carlos Panadero (1961) y el propio Sebastián Mariné (1957) representarían a la generación más joven. Señalamos estos datos porque el resultado global del CD es representativo en este sentido, y nos parece siempre una buena idea que las producciones se fundamenten sobre alguna base que les proporcione coherencia y que ayude a situar la escucha. En este caso (sic) bien podría haber adoptado el subtítulo “Música española de la década de los 90 de compositores de tres generaciones”.
Respecto a las obras, nos encontramos en primer lugar con Tres bagatelas, op. 172, composición escrita por Román Alís en 1994 para dúo saxofón alto y piano. Dividida en tres movimientos, es una obra característica del estilo de su autor, con referencias bastante claras a elementos propios del nacionalismo (sobre todo en el primer movimiento Allegro marcato), con un perfil melódico y temático muy definido inscrito en el lenguaje tradicional que caracteriza la práctica totalidad de su producción.
La siguiente obra que nos encontramos es Casus vel fortuna, del compositor turolense de adopción levantina Luis Blanes, escrita en 1991 originalmente para clarinete y piano, y adaptada en este caso al saxofón soprano. Se trata en este caso de una obra que, a pesar de estar construida en su totalidad con series dodecafónicas, elabora su discurso a partir de una concepción tradicional bastante acusada. En palabras del propio autor “Consta de cinco movimientos cuyos títulos (Alef, Betz, Guimel, Dalet y He) son palabras de ordenación sugeridas por el alfabeto hebreo […] [Las series dodecafónicas son] aplicadas independientemente a los dos instrumentos, que se entrelazan por adaptación de un mecanismo nacido únicamente del azar.”
La tercera y cuarta composiciones que nos presenta el CD pertenecen al autor madrileño Juan Carlos Panadero. Piezas, escrita en 1990 para saxofón barítono y piano, es obra que, sobre todo en la primera parte, apela a la sugerencia, a los espacios fragmentados –como indica el compositor en el libreto- “contrastes sonoros que dan como resultado una aparente, pero intencionada, falta de continuidad”. De la segunda composición, Vértigo, escrita para saxofón tenor y piano cinco años después de Piezas, su autor comenta el origen de la idea compositiva, que sitúa en la contemplación casual de “un metrónomo que marcaba de forma irregular al encontrarse sobre una superficie desnivelada”. Esta irregularidad y desequilibrio están presentes en toda la obra mediante ligeras modificaciones insertadas en las situaciones musicales que se van repitiendo.
Tres nocturnos, escrita en el 2000, es la obra que el malagueño Enrique Rueda nos propone en este CD. Con plantilla instrumental diferente al resto –dúo de saxofones alto- la obra está originalmente escrita para el dúo Zyriab, y cuenta en este caso con la colaboración de Miguel Ángel Lorente que, junto a Manuel Miján, realizan una interpretación excelente de una obra que explota bastante bien los recursos sonoros del instrumento y que hace especial énfasis en el tratamiento dinámico y tímbrico. No aparecen técnicas vinculadas al ruido o la percusión, tan habituales en el tratamiento contemporáneo del saxofón. Sin embargo, aunque la obra se mueve en un planteamiento formal clásico –con una estructura tripartita moderado-lento-rápido-, su tratamiento de lo temático no resulta convencional, sino que utiliza un lenguaje donde los elementos texturales (por ejemplo, al comienzo del primer nocturno, o en los serpenteantes movimientos del tercero) cobran protagonismo y, en cierta medida, actúan como contraste con unas las líneas melódicas más definidas temáticamente.
La penúltima obra presenta es Diálogos, op. 28, escrita por José Susi en 1993, cuyo título alude a la idea de contraste entre los instrumentos (saxofón soprano y piano). Su procedencia formal clásica, en forma sonata, se apoya en aspectos virtuosísticos para elaborar un discurso de lenguaje muy tradicional.
Y finalmente llegamos a la composición que da nombre al CD: (sic), op. 18, del compositor granadino Sebastián Mariné que, como hemos dicho, es también el intérprete pianístico del registro que estamos analizando. La obra está escrita en 1990 para plantilla de saxofón alto y piano, y está dividida en dos partes tituladas Pro piedad universal y Lo cura todo. En el comentario a la obra su autor nos dice: “El adverbio latino sic (así) se utiliza para dar a entender que una transcripción es exacta aunque parezca que contiene algún error. Aquí se refiere tanto a las notas de la partitura como a los títulos de cada parte […]”. Quizá es ésta la obra más interesante de las contenidas en el disco. Moviéndose en un lenguaje que utiliza la fragmentación como vía discursiva, la primera parte apela constantemente a la sugerencia, con un cuidado manejo del espacio sonoro, así como una utilización bastante precisa de las técnicas contemporáneas que hacen del saxofón un instrumento tan dúctil. La segunda parte tiene un discurso que explota las sonoridades bruscas y ásperas, con una preocupación evidente por el aspecto rítmico. Como decimos, quizá la obra más interesante de las presentadas en el disco y con un vuelo más personal.
Sólo queda mencionar el alto nivel de ambos intérpretes, con obras nada fáciles, alguna de ellas –como la del propio Mariné- evidenciando una gran dificultad técnica y expresiva que los dos músicos resuelven de manera muy notable.
Datos del CD:
(sic). Manuel Miján / Sebastián Mariné
Obras de Román Alís, Luis Blanes, Juan Carlos Panadero, Enrique Rueda, José Susi y Sebastián Mariné.
Manuel Miján (saxofones), Sebastián Mariné (piano).
PerversaDiscos CD-031
1 CD – DDD
Referencias
- El CD en maferweb
- Biografía breve de Manuel Miján
- Biografía de Sebastián Mariné
- Página sobre la música cinematográfica de Sebastián Mariné en EPdLP
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