Toda la prensa nacional e internacional se hace eco de la noticia. Los telediarios reservan su espacio cultural para la noticia. Ha muerto Alicia de Larrocha. Curiosamente, los medios resaltan sin descanso su negativa a conceder entrevistas. Este retiro mediático parece que debe ser consignado. “Muere a causa de dolencias cardiacas y pulmonares”… Esto sí es noticia. ¿Cómo va a morir de vieja? Esto vende menos. “Carrera brillante”, los premios, “…perdemos una virtuosa”, extenso perfil biográfico, resaltar su humildad… Y ahora vendrán los homenajes. Queda poco por decir… ¿Mejor callar? Ella lo hizo ya el último fin de semana de enero de 2003, en su ciudad natal, Barcelona, dedicando a Mozart su despedida del escenario, con el Concierto nº 23.
En su lugar, proponemos un documento: dos vídeos en los que se recogen los ensayos para la grabación del Concierto nº 1 de Beethoven con la London Symphony Orchestra, dirigida por Michael Tilson Thomas. Quizá así contribuiremos, de forma más razonable y sin aspavientos o falsas lágrimas, al homenaje público.
Y un apunte: si vamos al Museo Municipal de Tossa de Mar y nos detenemos a contemplar El violinista celeste de Marc Chagall, seguro que ya podremos verla pasar volando, junto al músico de cuerda, tocando una sonata para violín y piano…

El violinista celeste (Marc Chagall)
Por cierto, para los obsesionados con la numerología, hasta los años que vivieron ambos artistas parece que quieran volar juntos, dando vueltas:
Chagall = 98 86 = Larrocha
Referencias
- Biografía de Alicia de Larrocha en Wikipedia
- Artículo en El Cultural sobre el último concierto de Larrocha
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