El próximo 25 de enero comenzará la XVI edición del Festival Internacional de Improvisación Hurta Cordel, con un total de ocho conciertos en La Casa Encendida de Madrid, que se prolongarán hasta el día 29 de este mismo mes. El festival tendrá una extensión en Barcelona, del 1 al 4 de febrero en el Espai Cultural.
Entrevistamos en este artículo a Chefa Alonso, una de las fundadoras del ciclo y de la entidad que lo organiza desde hace quince años, la Asociación Musicalibre.
Un festival que lleva celebrándose 16 años, promovido desde una asociación cultural, parece que implica empezar la charla con una pregunta previa (suponemos que nada fácil de responder): y esto, ¿cómo se hace?
Teniendo un empeño infinito y unas ganas enormes de sacudir el aislamiento musical en el que vivíamos, con relación a la escena de la improvisación europea para, en principio con muy poca ayuda, poder alimentarnos con la música en vivo de los improvisadores y aprender, intercambiar, dialogar con ellos. En los primeros años del festival, éramos solo seis personas en la asociación (los socios fundadores) y lo hacíamos todo prácticamente sin dinero (solo el Instituto alemán apoyó desde el primer momento nuestra propuesta): recogíamos a los músicos, prestábamos nuestros equipos de sonido, tocábamos gratuitamente. No idealizo para nada esta primera etapa. Organizar y programar un festival internacional, aunque sea pequeño, sin apenas dinero, es una agonía que ya no estaría dispuesta a repetir. Hubo dos excepciones en esos primeros seis años: una ayuda de un millón de pesetas del Ministerio de Cultura –nunca nos sentimos tan ricos- y la apuesta del CDMC produciendo una edición del festival.
Pero después de ese primer periodo se han producido cambios y se aprecian avances. Desde hace algún tiempo el festival se celebra en La Casa Encendida, con una segunda sede en Barcelona desde hace dos años. ¿De qué forma crees que estos espacios han influido en el éxito de las convocatorias? En Madrid se agotan las entradas…
La aceptación de Pepe Guirao, director de cultura de la Casa Encendida, del proyecto del festival Hurta Cordel, a partir del 2003, hizo que todo cambiara positivamente para nosotros, tanto para la asociación, como para el festival. La Casa Encendida fue desde el principio como una bocanada de aire fresco en un Madrid en el que la programación cultural pecaba de ñoña y poco arriesgada. Las propuestas culturales más experimentales y contemporáneas tuvieron acogida en este centro cultural que todavía sigue siendo el referente más importante de la ciudad para los interesados en la cultura viva y no museística. La improvisación libre y en concreto el festival Hurta Cordel es una representación importante de la música viva y no museística que interesa a todo este público que asiste a las actividades de la Casa Encendida.
Hay cierta sensación contradictoria respecto a Hurta Cordel. Por una parte, da la impresión de que la improvisación libre sigue siendo considerada como l’ enfant terrible dentro del arte musical vivo, pero por otra, hay mucha gente interesada (y apasionada), practicante o no, y La Casa Encendida se llena. ¿Qué pasos quedan por dar?
Seguimos siendo un reducto. Aunque el auditorio de la Casa Encendida se llene durante el festival Hurta Cordel, no hay ningún apoyo para desarrollar, enseñar, practicar este tipo de música, fuera del festival. Hay una total oposición, desconfianza, ignorancia (sobre todo ignorancia), desprecio y miedo por parte de muchas instituciones culturales en admitir la improvisación libre como una disciplina, una herramienta, una manera de crear y de comportarse. Habría que conseguir mayor intercambio y flujo entre la cultura y la música “oficial” y la cultura y la música “extraoficial”. Por poner un ejemplo: he tocado recientemente en Galicia con un cuarteto de free jazz; el contrabajista es también primer contrabajo en la Orquesta Sinfónica de Galicia; esto, desafortunadamente, es una excepción.
Has sido cofundadora de la Asociación Musicalibre, del Festival Hurta Cordel y de la Orquesta Foco. De este recorrido tan extenso en el tiempo habrás sacado muchas conclusiones y experiencias, imaginamos que unas positivas y otras menos, pero hay algo incuestionable: la improvisación libre en este país no se concibe sin estas iniciativas. Desde dentro, ¿cómo crees que se percibe todo este trabajo de 15 años?
Bueno, aunque yo acuso cierto cansancio (pertenecer a una asociación en España, donde sufrimos una falta de educación y de predisposición absoluta hacia todo lo relacionado con el asociacionismo, es bastante agotador), creo que la labor de Musicalibre, tanto en el establecimiento de una escena de la improvisación libre en nuestro país, como en la educación y estimulación de los improvisadores que residen en España, ha sido fundamental. Hemos conseguido –y seguimos en ello- los objetivos fundamentales de la asociación: favorecer el contacto y el intercambio, a través del festival y de los talleres que organizamos, entre los improvisadores de diferentes lugares del mundo y recoger las propuestas de los grupos y formaciones españolas, programándolas en el propio festival Hurta Cordel y en las programaciones alternativas que hemos ido desarrollando en El Juglar, Los Jacintos o La Taberna Alabanda.
Y esta función de “enlace” en diversas direcciones tiene que dar sus frutos…
A la asociación se sigue apuntando gente joven, con iniciativas y ganas de hacer cosas. Creo que esto es un buen termómetro de la salud de la asociación y de la improvisación libre en Madrid y en España.
En este mismo sentido, da la impresión de que el festival ha ido ampliando el espectro hacia entornos provenientes de otras parcelas de la creación, como es el caso, en la música, de la llamada (o mal llamada) “contemporánea” o la “electroacústica”. Y también se aprecia cierta reciprocidad –aunque es posible que en menor medida-, y entornos que eran antes más cerrados empiezan a interesarse por un tipo de improvisación que siempre ha estado más ligada al jazz que a la música académica. ¿Piensas que estas barreras se están rompiendo realmente o quizá es todo producto de este tiempo proclive al mestizaje, a veces de poca consistencia, carente de cuestionamiento crítico y de un planteamiento estético de cierta solidez?
Creo que en la música improvisada siempre ha habido una parte más relacionada o que tiene más proximidad con la llamada música electroacústica o contemporánea, así como hay otras corrientes que se vinculan más al free jazz, al minimalismo, ruidismo, a las músicas folklóricas etc. Yo todavía veo muchas barreras en el mundo musical contemporáneo; estamos en compartimentos estancos y las posibilidades de movernos entre ellos son escasas y complicadas. En general hay poca generosidad y curiosidad por el otro.
Entrando ya en la programación del Hurta Cordel 2012, y sin pedirte un listado de artistas, ¿qué destacarías de esta edición? ¿Hay un eje que lo vertebre de algún modo?
En la programación de este año me parece importante destacar la presencia de dos grandes figuras, “padres” de la improvisación libre europea: Alexander Von Schlippenbach, pianista alemán, vinculado al free jazz, tanto en formaciones pequeñas como en grandes orquestas. Perteneció a la Globe Unity Orchestra y fue fundador (a finales de los ochenta) de la Berlín Contemporary Jazz Orchestra, y Fred Frith, guitarrista inglés afincado en Estados Unidos, improvisador y compositor como Schlippenbach, pero más vinculado al rock y a la música experimental. Fred Frith es profesor en el Mills College de Oakland, California (donde también enseña Roscoe Mitchell, saxofonista del Art Ensemble of Chicago) y además de dar un concierto en solitario, conducirá a la orquesta Foco en los dos conciertos que tiene la orquesta durante el fin de semana.
Siempre solemos combinar en la programación figuras destacadas del ámbito internacional, con propuestas menos conocidas pero no por ello carentes de interés. También incluimos propuestas de músicos que residen en España, pertenezcan o no a la asociación.
Para concluir esta charla sólo queda la pregunta obligada en estos tiempos: ¿cómo crees que se presenta el 2012 en la actividad musical? ¿Nos va a doler? (puedes contestar con monosílabos)
Mal.
Lo que más me duele a mi no es la casi desaparición del Ministerio de Cultura ni el mensaje de los ayuntamientos de “cultura: gasto cero”, sino que, por lo que se está viendo, lo que sigue funcionando y gobernando es el dinero y la ambición desmedida por el dinero.
Yo estoy pensando en emigrar (otra vez), como muchos otros, pero si nos quedamos, habrá que resistir y seguir peleando no sólo por la improvisación, por el arte, por la cultura, sino por el derecho que tenemos también los artistas (especie en peligro de extinción) de vivir dignamente de nuestro trabajo. Lo veo jodido.
Gracias por la entrevista.
Gracias a ti por tu tiempo, ha sido un placer. Y espero que encontremos fórmulas para no repetir las huidas de otros tiempos, que indudablemente dieron sus frutos tras los retornos, pero tan negativas en tantos otros aspectos.
Información
XVI Festival Internacional de Improvisación Hurta Cordel 2012
La Casa Encendida
Venta de entradas desde tres días antes de cada evento en cajeros de la red Caja Madrid, www.entradas.com, en el teléfono 902 488 488 y en La Casa Encendida, de 10 a 21,45 h.
Web: http://www.lacasaencendida.es
Referencias
- Asociación Musicalibre
- Programa del festival en la web de La Casa Encendida
- Web oficial de Chefa Alonso
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