La mitologÃa musical occidental está llena de odiseas protagonizadas por jóvenes músicos y compositores recorriendo la antigua Europa en busca de las fuentes del saber, de acciones heroicas como las del joven Johann Sebastian, dejándose la vista noche tras noche a luz de las velas descifrando los textos de Buxtehude al otro lado de una cancela. Hoy en dÃa, viejas ya Europa y la modernidad, el mundo es muy diferente. Internet y las low cost nos han dado de pronto acceso a lo que hasta ahora habÃa estado oculto o simplemente lejos. No es hace mucho tiempo cuando para acceder a una grabación, a una partitura, para poder ver y escuchar a un admirado Maestro, para poder enseñarle nuestro trabajo habÃa que recorrer una suerte de viaje alegórico y real. El saber se construÃa profundizando al máximo en cada una de las fuentes conquistadas. Hoy todas las fuentes están ahÃ, cerca, en el horizonte de los posibles. Pero curiosamente muchas veces constatamos cómo el torrente de información, la cantidad de itinerarios que nos son posibles nos puede desorientar e incluso hacernos sentir vacÃos en vez de saciarnos. Y es que el panorama de los posibles más que nada es un mercado en el que somos consumidores, y no lo digo como si esto fuese en sà un demérito sino porque el mercado está saturado de simulacros, de epÃlogos y de ruido. Si las fuentes del saber nunca estuvieron anunciadas con neones ahora puede resultar complicado siquiera emprender un verdadero viaje en su busca (y es en el viaje donde nace la oportunidad para aprender). Pero no basta con señalar el mercado como si éste fuera un demonio ajeno (actitud muy de moda últimamente) sino que hay que ser autocrÃticos ya que todos participamos de la vorágine consumista cuando valoramos los curricula al peso, cuando confundimos la meritocracia con la titulocracia, cuando entramos en una espiral bulÃmica y abusamos del menú degustación probando un poco de aquà y un poco de allà sin comprometernos mucho con nada (ni con nadie). Como dicen los estudiosos de la postmodernidad todo se multiplica, se acelera, se licúa… sobre todo el espacio y el tiempo, y los músicos sabemos que eso es importante.
En 2009 Aureliano Cattaneo y yo conseguimos poner en marcha la primera edición del EMCW, un proyecto que entronca con los retazos mitológicos que siguen vivos en el imaginario de la erudición europea para tratar de actualizarlos en la realidad actual, en la que los jóvenes compositores españoles son nativos democráticos y nativos digitales. Es por lo tanto un camino que retoma el legado cultural de la música culta pero no con la intención de conservar sus saberes cristalizados sino precisamente para ponerlos en contacto vital con los otros bagajes que enriquecen la concepción del mundo musical del joven compositor. Desde el principio fue el motor del proyecto el poner en marcha una didáctica militante basada en una verdadera relación de maestrÃa en la que se pusieran en diálogo el deseo de aprender y el deseo de transmitir experiencia a quien tiene deseo de aprender. Hablo de una relación de maestrÃa no jerarquizada, ni disciplinaria, ni siquiera ex cátedra, sino de una relación al servicio del talento creativo del aprendiz como creador de facto. Y hablo de una relación que debe ajustarse a los tiempos de la creación y no únicamente a los tiempos del utilitarismo, de una relación que también debe tener su espacio; con el EMCW tratamos de ofrecer un tiempo y un espacio para esta didáctica en un formato de taller (Workshop) que se inspira con carácter renovador en los mitos de la Ἀκαδήμεια platónica y en los talleres medievales y renacentistas. Pensamos el taller como espacio grupal de artesanÃa, en el que todos aprendemos de todos, en el que el talento busca alcanzar la maestrÃa del oficio, como lugar no escolástico en el que la figura del Maestro no aspira a consagrarse sino a fomentar la autonomÃa de cada individualidad.
En el tÃtulo del proyecto la palabra Creation también fue escogida a conciencia para hablar de un modo abierto de la acción generadora de sentido musical y no exclusivamente de la escritura, saber lingüÃstico con más de 700 años de historia del que somos continuadores. En 2010 se incorporaron Alberto Posadas y Alberto Bernal y definimos lo que son actualmente los dos recorridos del taller: el recorrido de escritura para consolidar el oficio del compositor en relación con la interpretación instrumental, y el recorrido de nuevos medios y nuevas tecnologÃas no solamente para explorar la inclusión en el ámbito de la música instrumental de materiales electroacústicos sino sobre todo para explorar otras formas de expresión que surgen en las fronteras del arte sonoro, las artes visuales y las performáticas. En este sentido abierto al que me refiero, la palabra creación se establece al margen de las categorÃas antagónicas música culta / popular que siguen rigiendo los itinerarios de la formación musical más temprana para tratar de recoger una comprensión contemporánea de músico-artista que ha bebido del saber de muchas fuentes, que tiene en su imaginario a Bach y a Beethoven pero también a Thelonius Monk, a Kraftwerk o a Enrique Morente, que escribe e improvisa, que utiliza instrumentos acústicos y digitales, pero que también muchas veces produce, publica, difunde y gestiona su carrera profesional de un modo heterodoxo, sirviéndose de las formas de la vieja modernidad (editoriales, discográficas, instituciones y fundaciones…) pero también construyendo su identidad en el campo del arte, aunque parezca una contradicción, de forma cada vez más autónoma y conectada.
Otra de las palabras claves implÃcitas en los fundamentos del EMCW es la profesionalización. La consolidación del artista profesional es un proceso inmerso en el modo por el que se ha posibilitado en cada momento la financiación de la escritura y la interpretación instrumental. La financiación siempre ha exigido la maestrÃa del arte del oficio, del saber hacer, y en este sentido es tan fundamental como la experiencia de los profesores la colaboración con Voro GarcÃa y Espai Sonor, que ponen a disposición del talento creativo de los jóvenes compositores la inexorable realidad del ensayo, momento en el que el signo se convierte en sonido, en el que se posibilita la oportunidad para el aprendizaje insustituible de la pragmática, de la experiencia concreta frente a la regla universal que habita en el estudio del compositor demiurgo.
En este contexto de individualidad y autonomÃa en el que se está profesionalizando una nueva generación de músicos españoles que han tenido a su alcance las fuentes que antes permanecÃan inaccesibles como distantes, pensamos que son valiosos los tiempos y los espacios para detenerse, encontrarse e intercambiar, pero sobre todo para buscar la maestrÃa en un oficio tan antiguo como en permanente transformación. AsÃ, quien hace real cada año el EMCW son los jóvenes creadores que nos visitan cada año para participar en los talleres; es su compromiso, su trabajo y su talento los únicos que pueden dar sentido al viaje, al encuentro y la maestrÃa que pretendemos fomentar.
Rubén Vega Balbás es Production Manager del EMCW
Enero 2012
Información sobre el EMCW
European Musical Creation Workshop 2012
E-mail: info@emcw.eu
Web: http://www.emcw.eu
Referencias
Etiquetas:Arte sonoro, Composición, Cursos y talleres, Didáctica, Electroacústica, Ensemble, Informática musical
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