Al menos en nuestro país, no resulta muy habitual encontrar músicos del entorno denomi- nado “clásico” que tomen la pluma para hacer inmersiones en el ámbito de la literatura. Sí es cierto que existen casos (nos viene a la mente, por ejemplo, el compositor David del Puerto, con la poesía), y más cierto que es en el contexto de la música popular donde este hecho es perfectamente normal y con- sustancial a la práctica compositiva (obviamente estamos pensando en los cantautores como exponente más claro).
José Luis Temes es uno de esos casos. Director de orquesta, activo defensor de la creación musical de nuestro tiempo, con más de 300 estrenos en su haber, y en 2008 reconocido con el Premio Nacional de Música en la modalidad de intérprete, en el terreno de la música no necesita presentación. Ahora, la publicación de su segundo libro de relatos, nos ha despertado la curiosidad por saber cómo afronta esta faceta literaria. Una curiosidad que él amablemente ha saciado en la entrevista que a continuación presentamos.
No es tu primera incursión en la narrativa. Y tampoco muy habitual encontrar músicos que se atrevan a escribir, y mucho menos que terminen viendo su escritura impresa en el papel. ¿Qué te ha llevado a esta segunda dedicación?
En efecto, había publicado mucho sobre música, pero Tres cuentos para Ita fue mi primer libro de narrativa. Nunca habría pensado abordar el género. Pero el invierno de 2008 sólo me dejó como alternativa huir hacia adelante escribiendo aquellas reflexiones. Luego pedí a varios conocidos, de cuya opinión literaria me fiaba mucho, una valoración sincera sobre el original. Fue entusiasta y por eso lo publiqué. Las opiniones que luego vertieron los lectores en el blog superaron con mucho lo que yo hubiera podido esperar de aquello.
En una entrevista en 2011, dijiste que tu mayor extravagancia fue escribir “Tres cuentos para Ita”, tu primer libro. ¿Lo sigues viendo así o la cosa va en serio y veremos un tercer libro dentro de poco?
Por razones fáciles de entender en cuanto se hojean ambos libros, me pensé mucho si publicarlos o no. Por eso lo califiqué de extravagancia. Supongo que habrá un tercer libro, sí, pero creo poder asegurar –digo “creo”, jejé- que no tendrá nada que ver con las historias de amor fuera de la pareja. Ya he dicho lo que quería decir sobre ello. Bien es verdad que no tengo ninguna fé en que haya valido de mucho decirlo.
En tus dos libros de relatos el concepto “amor blanco” está en el centro de la escritura. A pesar de que sospechamos que no es la primera vez que te lo preguntan, ¿a qué te refieres exactamente con esta idea?
La inmensa mayoría de las personas de nuestra cultura asocian la virtud de la “fidelidad” en una pareja con el concepto de “exclusividad” entre ella. O sea, que cualquier amor y/o relación sexual que mantenga uno de los dos con una tercera persona implica la vulneración de esa fidelidad. De tal manera, se da por hecho que cuando una persona establece un vínculo de pareja –noviazgo, matrimonio, pareja de hecho…- con otro ser humano está automáticamente renunciando a cualquier relación íntima con el resto del planeta.
Pero en estos dos libros me pregunto si esto debe ser real y necesariamente así; ¿no pueden establecerse relaciones amorosas –por supuesto, con relación sexual incluida- al margen de la pareja, de una manera sincera, sabida por todos, transparente, generosa… sin que estas relaciones –digamos “paralelas”- perjudiquen la pareja estable, e incluso la enriquezcan? Bueno, pues a estas otras relaciones –¡que no son ninguna frivolidad, ni “una cana al aire”, ni mucho menos un “desahogo”, sino algo muy bello y desinteresado- es a lo que este libro propone denominar “amores blancos”.
En esta colección de relatos hay dedicatorias muy explícitas. Cada uno está dedicado a una persona, y algunas de ellas, figuras muy reconocidas de la música. Pero quizá lo que más sorprende es que, al menos en un caso, el dedicatario termina revelándose como uno de los personajes protagonistas…
Sólo en un caso el cuento está en abierta relación con el dedicatario: me refiero a “Las rosas de Sirelín”, un homenaje a mi querido Ara Malikian. En otros dos o tres cuentos el dedicatario tiene algo que ver indirectamente: por ejemplo, “Más sobre don Crispín” recoge muchos puntos comunes y muchas afinidades con Alfonso Osuna, exgerente de la Orquesta de Córdoba. Un caso curioso es el de “Ávila. Maite. La luna”: María José Sánchez me dijo estar “celosa” de la “quinta luna“ de mis anteriores “Tres cuentos para Ita” y le escribí una historia en la que se llega al mismo enigma de una “Anhelada quinta luna”, pero por otro camino. Sin embargo, a Javier Monteverde, mi habitual ingeniero de sonido, le ha “caído” el único relato abiertamente triste y funerario… ¡cuando él es el ser más alegre que cabe imaginar!
Da la impresión de que hay bastante de músico en esta colección de relatos, algo que queda evidenciado en los títulos de los capítulos de “Más sobre Don Crispín”. ¿Cómo ha influido la profesión en “Al pisar tu jardín”?
Todos mis cuentos tienen un aparentemente incontestable realismo. Por ellos desfilan José Luis Turina, la JONDE, Carlos Cruz de Castro, mi mujer, el restaurador Eulalio Pozo, los queridos amigos de la Fundación Santa María de Albarracín, Rebeca (la cuidadora de mis hijas), el teatro Monumental, el Festival Mozart… o Cristóbal, el portero de mi casa (y querido amigo, por cierto). Consecuentemente hay mucho de mi entorno musical en todos ellos. No es un libro sobre música, pero sí tiene un cierto perfume de la profesión musical…
Aprovechando tu presencia, y dado el contexto musical de la revista, no podemos dejarte ir sin preguntarte sobre cómo ves la situación actual. Parece que muchas cosas se están derrumbando delante de nuestras narices, y a la vez, intuimos cosas nuevas aunque todavía no somos capaces de percibir su forma. En concreto, ¿cómo ves la situación actual de la música contemporánea en nuestro país, una de tus dedicaciones durante décadas?
(Bueno, durante décadas y en nuestro presente, claro.) Me resulta paradójico que en nuestra era de las comunicaciones, las redes sociales, las comunidades virtuales, etc., el principal problema que veo en nuestra música sea el aislamiento de cada elemento protagonista de nuestra historia (problema creo que extensible a muchos otros colectivos). Quizá porque la supervivencia es muy difícil, cada uno piensa sólo en lo suyo. A los estrenos de un compositor apenas asisten sus familiares. Los gestos de solidaridad son mínimos. No estoy hablando de hostilidad, sino de indiferencia. Nos faltan vínculos, afectos comunes, conciencia de escribir una historia común. La crítica ha desaparecido en los medios generalistas, y la multiplicación por cien de los medios audiovisuales en relación a los que había hace veinte años, nos ha aislado aun más. Por eso mi elogio sin reservas a iniciativas tan estupendas como este “Sul ponticello”, que crea vínculos y nos hace más humanos. Solidaridad y optimismo son las dos virtudes que más echo de menos en el presente de nuestra música (y creo que en nuestra sociedad española en general).
A ver si entre todos conseguimos esos vínculos… Y ya para terminar, nos gustaría que nos hablaras de algún proyecto musical que podamos disfrutar en breve. ¿Dónde podremos escucharte próximamente, con quién y con qué música?
Justito ahora acabamos de terminar un precioso encuentro con la JONDE. Y dentro de unas semanas, la segunda tanda de grabaciones del próximo cuádruple CD con las 17 sinfonías de Carlos Baguer, maestro de capilla en Barcelona a finales del siglo XVIII.
Información
Al pisar tu jardín / José Luis Temes
Ediciones Línea
ISBN: 978-84-85971-20-6
PVP: 14 EUR
Referencias
- Blog de Al pisar tu jardín
- Biografía de José Luis Temes en la Wikipedia
- Vídeo presentación del libro en YouTube
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