Piano Works / Ramón Paus

Sony publica un CD con varias obras para piano de Ramón Paus, en la interpretación de María Orejana. El compositor castellonense nos habla en la entrevista que presentamos de esta edición y de otros aspectos relacionados con su obra.

Siempre resulta reconfortante ver cómo los autores espa- ñoles son publicados por sellos internacionales, algo que por fortuna cada vez va siendo menos extraño. Sin ir más lejos recorde- mos, los compositores que publica Kairos o la sección de Naxos dedicada a la música española, por poner única- mente dos ejemplos.

El caso que nos ocupa es una nueva producción de Sony, el CD titulado “Piano Works”, que incluye siete piezas del compositor castellonense Ramón Paus. Con motivo de esta publicación, entrevistamos al autor para preguntarle por su música, su visión como compositor del momento actual, y algunas otras cosas…

Este nuevo CD editado por Sony se presenta bajo el título “Piano Works”, pero lo cierto es que su escucha da la impresión de unidad. Aunque las piezas no pertenezcan a una colección determinada (¿o sí?), ¿existe un “hilo conductor”?

No existe un hilo conductor claro salvo que hay varias piezas cuya energía de activación vino promovida por la sonoridad especial de los nombres de diferentes especies botánicas (Ipê Amarelo, Samambaia) que tuve la suerte de deleitarme con su observación en un paseo por el Jardín Botánico de Río de Janeiro. Si en cambio, son obras alumbradas en un espacio de tiempo no superior a siete u ocho años. Otras piezas de la colección como Linkaje y Maresias tienen una génesis más abstracta.

Los elementos descriptivos están muy presentes: los colores, las sensaciones… ¿Cómo concibes estos aspectos en nuestro tiempo? ¿Cómo eludir tópicos? (¿es necesario eludirlos?)

En general detesto la música llamada descriptiva ya que la considero como una devaluación de las capacidades intrínsecas al hecho musical. No desestimo en absoluto la conexión emocional, cromática y sensorial del autor con su obra o con el suceso catalizador de la misma. Sin esta conexión, para mí, el resultado de la experiencia asemeja a un guiñol con los hilos sueltos, sin tensión que le confiera movimiento, gesto y expresión. El hecho de que la contemplación de un Ipê me fascine y me lleve a un determinado estado de conciencia no quiere decir en absoluto que me ponga a describir con la música sus ramas y sus colores “Mickey Mousing”. Realmente después de pasar por el alambique, la relación directa no existe en absoluto. Creo que lo mejor para eludir tópicos es no pensar demasiado en ellos, ya que correremos el peligro de caer en el tópico antagónico.

Es evidente que hay una influencia jazzística en tu obra (también brasileña), y en estas piezas para piano parece muy patente. ¿Cómo consideras este hecho? ¿Te sientes cómodo en estos contextos híbridos?

El piano de jazz ha aportado mucho a la evolución técnica del instrumento en el XX. Sería incomprensible por mi parte no aprovechar algunos de estos recursos cuando sean útiles en un momento dado del desarrollo del trabajo. Para mí, la diferencia esencial entre el jazz y otras músicas no es otra que para poder ejercitar la primera de las músicas citadas es condición indispensable que el intérprete tenga un conocimiento vasto y profundo de la obra, ya que tendrá que ser capaz de desarrollar una improvisación sobre el material prevaleciente. El gran efecto sanador de las músicas improvisadas es que se produce una recuperación del presente a cada nueva interpretación, este conocimiento exhaustivo ya lo tenían los improvisadores-compositores del Barroco, luego se perdió.

Disiento amigablemente en la influencia brasileña de Piano Works, salvo un guiño a la Bossa Nova en Samambaia y el título de alguna piezas, tan sólo se trata de fenómenos casuísticos y no centrales.

Nunca me gustaron las capillas, ni las del jazz, ni las de la música para el cine, ni las de la llamada música contemporánea. Me he pasado la vida intentando aprender lo que yo consideraba bueno y enriquecedor de cada uno de estos confesionarios, para antes de notar el aliento del cura en mi nuca, salir escopetado. Cuando más libre me siento es intentando escucharme, en realidad para mí la pregunta es: y uno ¿ cómo suena?, a veces no consigo oírme, otras  me detesto y alguna que otra vez me perdono y reconcilio.

Además de lo que comúnmente se denomina “música de concierto”, has escrito mucha música para el cine, también para teatro y danza. En tu caso, ¿cómo “conviven” estas formas diferentes de hacer? ¿Son permeables? ¿Es bueno que lo sean?

Para mí, la diferencia sustancial radica en el hecho de cuando el encargo viene de otro creador (director de cine, coreógrafo, dramaturgo, etc.) o cuando es uno mismo el que se autoencarga. En el primer caso uno es deudor de la creación de otro y debe intentar adecuarse a los requerimientos estéticos y técnicos de una obra anterior (largometraje, obra coreográfica, teatral, etc), todo ello sin dejar de ser uno mismo e intentando aportar cierto aroma diferenciador.

En cuanto a la interpretación, háblanos un poco del trabajo con la pianista María Orejana.

María Orejana Salinas es una pianista excelsa, formada tanto en la escuela eslava como en la norteamericana, la conocí como alumna mía en un curso de Film Scoring. Yo tenía por aquel tiempo que grabar para la televisión una obra de piano, Certeza Marina, y simplemente ella se ofreció a hacer una prueba. Me quedé perplejo por la mezcla que hay en ella de rigor, precisión rítmica, comprensión profunda de los materiales y delicadeza. Cuando tuve que hacer la elección de intérprete para el proyecto “Piano Works”, ella siempre se mantuvo como un candidato de primera fila. Una vez elegida, durante aproximadamente nueve meses estuvo estudiando y elaborando las piezas. Nos solíamos ver cada cierto tiempo para ir avanzando en nuestros propósitos. En apenas tres días, María fue capaz de registrar todas las obras y apenas hizo un par de tomas de cada una de ellas. Recuerdo que se quedó exhausta después de finalizar las sesiones de grabación y mezclas.

Al hilo de esto, parece claro que en nuestro país vivimos un momento de gracia en la interpretación (y también en la creación, dicho sea de paso)…

Sí, por contradictorio que parezca creo que nunca ha existido en este país una pléyade de intérpretes y creadores tan diversa, enriquecedora y formada.

Ya casi terminando, en tiempos como los que vivimos, en los que la cultura está seriamente amenazada, no podemos dejar de preguntarte por la situación actual. Tú, además de las labores compositivas, también tienes una intensa actividad en otros contextos relacionados con los colectivos de creadores. ¿Cómo ves la situación actual, sobre todo en nuestro país?

Siempre he creído que este país es profundamente inculto y cainita con sus creadores. No hace muchos días un ministro del gobierno ninguneaba y despreciaba  a una cinematografía que ha dado a Buñuel, Berlanga, Juan Antonio Bardem, Guerin, Gonzalo Suárez, Jaime Rosales, Almodóvar, etc. Hoy mismo Pablo Berger y Almodóvar han sido nominados a los premios Europeos del Cine (EFA). Yo he sido muchas veces testigo en mis estancias en el extranjero que la verdadera marca España se llama Antonio Gades, Paco de Lucía, Mompou, Albéniz, Toldrá, Amenabar, Alicia de la Rocha, Victoria de los Ángeles y tantos otros. Afortunadamente el ministro conservó la suficiente lucidez en su mente macroeconómica como para no arremeter, por lo menos ese día, contra nuestros pintores. En los tiempos que vivimos la máxima expresión cultural de los miembros del gobierno suele ser la de asistir a un partido de la Roja. ¿Qué se puede esperar de ellos?

Para terminar, háblanos algo de tus próximos proyectos, en qué estás trabajando ahora. Por cierto, el CD del que nos hemos ocupado ya ha tenido una buena difusión en forma de conciertos… ¿Se podrá escuchar en otros sitios?

Esta misma semana el pianista Eduardo Fernández ha hecho el estreno absoluto de Piano en Arles, una obra perteneciente al cuaderno “Piano Works” y que por respeto a dicho estreno no fue incluida en la grabación. En los próximos meses voy a tener los estrenos de Prosa Disidente con el pianista Iván Martín en los ciclos del CDMN de Alicante, en Mayo se estrenará en Barcelona la obra para piano y viola Madera Ocaso a cargo del pianista Eduardo Fernández y el viola Yuval Gotlibovich. También Iagoba Fanlo interpretará la obra para violonchelo solo Víspera en la Semana de Música Religiosa de Cuenca. A su vez, es muy probable que Eduardo Fernández interprete en junio obras de “Piano Works” en Oslo. Ya el pianista Josu Oquiñena ha hecho lo propio en Alemania y Polonia y José Menor en la sala Spectrum de Nueva York.

Como proyecto a medio plazo tengo la grabación de mis, hasta ahora, seis cuartetos de cuerda, dado que dicha formación es una paleta donde el compositor es vulnerable al máximo y no se puede esconder detrás de nada, se entenderá la ilusión que me hace este desafío.

Información

Piano Works / Ramón Paus
María Orejana (piano)
SONY Classical 88883718232
ASIN: B007B5CPAK

01. Garbí [06:06]
02. Maresias [17:52]
03. Samambaia [04:24]
04. Linkaje [19:21]
05. Aléia [05:19]
06. Azul de Prusia [15:23]
07. Ipê Amarelo [08:55]

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