Bajo el epígrafe “Encuentro de Arte Sonoro TSONAMI Buenos Aires 2011″ se presenta este festival internacional que se celebra en esta edición del 12 al 18 de mayo en el Centro Cultural Recoleta de la capital bonaerense. Su articulación propone un espacio de reflexión y acción en torno al arte sonoro y otras manifestaciones en las que el sonido cobra un relieve importante, sin descuidar los vínculos con otras artes. Como se indica en su presentación, TSONAMI “se concibe como un espacio artístico participativo e inclusivo que no se cierra sobre sí mismo y que piensa al artista inserto en la sociedad como sujeto activo de la construcción cultural“. En este sentido, aunque el ciclo se presenta como potenciador del arte realizado en Latinoamérica, su internacionalidad -más allá de este continente- está asegurada por la presencia de invitados de países de todo el mundo.
A continuación presentamos una completa e interesante entrevista con Diego Makedonsky, uno de sus organizadores, en la que intentamos profundizar en los diferentes aspectos que componen una propuesta que aboga por los encuentros, entre las artes, las personas y los lugares.
TSONAMI nace como una propuesta de encuentro entre manifestaciones de arte sonoro muy diversas. La pluralidad es deseable casi siempre, pero suele dificultar la selección… ¿Hay límites marcados? ¿Qué tipo de producciones caben en el festival?
Es interesante que me hagas esta pregunta por que de hecho es uno de los cuestionamientos que nos suelen hacer desde algunos sectores. Pareciera que la diversidad conlleva algo de inquietante como si se percibiera en ella el germen de una amenaza para el status quo al que algunos sectores del ámbito artístico quieren aferrase. Ahora bien, yendo a la pregunta, tengo que decir que es cierto que la pluralidad introduce un factor que muchas veces hace dificultosa la selección de los trabajos, pero bienvenida sea esta dificultad que nosotros enfrentamos absolutamente convencidos más como un desafío que como un obstáculo. Es mentira que la diversidad va en detrimento de la calidad, eso es lo que muchos quieren seguir pensando para mantener cerrados los círculos de validación elitistas.
Sin embargo sí existen límites, lógicamente pero no siempre están claramente marcados. Por el lado del enfoque del arte sonoro quizás el recorte es menos discutido, una expresión de cualquier ámbito disciplinar que contemple y haga énfasis en los elementos sonoros y que nos sitúe ante obras de carácter intermedia bien puede formar parte de la selección de trabajos, esto por supuesto mas allá de la evaluación de las calidades. En cambio la selección de trabajos musicales suele ser más complicada. Cuando hablamos de música en general, sin más, estamos abarcando un espectro demasiado amplio, casi es lo mismo que no decir nada. Ahora bien, cuando tratamos de especificar qué música buscamos, encontramos que los límites se desdibujan. Nos vemos ante una gran paleta de grises que se sitúa entre las músicas populares actuales y lo más conservador de las músicas académicas contemporáneas atravesados además por la experimentación. Hoy vemos con mucha naturalidad que obras académicas incorporan elementos de las músicas populares y sucede lo mismo a la inversa y a su vez conviven y muchas veces se confunden con producciones de artistas que no provienen de una formación musical pero que a través de la experimentación están produciendo trabajos muy novedosos. Creo que se está abriendo el juego para la emergencia de un saber menos exclusivo, muchas veces intuitivo pero no por eso menos verdadero, es más, todo lo contrario. Es mas fácil pensar qué cosas no entran y en ese sentido puedo decir por ejemplo que entendemos que las músicas como el rock, el pop, las músicas folklóricas, el tango, etc., cuando no innovan y no ponen en crisis sus propios lenguajes de referencia, no afrontan ningún riesgo estético y siguen siendo, en términos de género, lenguajes conocidos que se hallan difundidos e instalados en el medio cultural y que poseen un circuito, que incluso muchas veces también es comercial y no representan algo que la gente desconozca. Por eso nosotros elegimos difundir y potenciar lo más diverso que podamos recoger de las expresiones de calidad menos expuestas y recuperar el diálogo entre los lenguajes artísticos contemporáneos y de vanguardia con el público en general.
Nuestra metodología consiste en evaluar obra por obra; no sólo los niveles de calidad de su factura, sino también lo que cada una de las postulaciones aporta respecto de los objetivos de TSONAMI; en este sentido la diversidad, la inclusión, la renovación no son tomadas sólo como valores deseables si no como condición necesaria de posibilidad para la construcción, desarrollo y potenciación colectivas.
Creemos que una sociedad igualitaria es aquella en donde todas la voces tengan sus espacios, por lo tanto no renegamos de las expresiones populares ni las académicas pero elegimos realizar este recorte, que incluye sectores de ambos y que de por sí es amplio y heterogéneo, para que al hablar de diversidad e inclusión lo hagamos en serio, con todas las cartas sobre la mesa. Quizás en un futuro sea posible montar un escenario donde todas las expresiones sonoras de nuestras culturas tengan presencia.
Es interesante que me hagas esta pregunta por que de hecho es uno de los cuestionamientos que nos suelen hacer desde algunos sectores. Pareciera que la diversidad conlleva algo de inquietante como si se percibiera en ella el germen de una amenaza para el status quo al que algunos sectores del ámbito artístico quieren aferrase. Ahora bien, yendo a la pregunta, tengo que decir que es cierto que la pluralidad introduce un factor que muchas veces hace dificultosa la selección de los trabajos, pero bienvenida sea esta dificultad que nosotros enfrentamos absolutamente convencidos más como un desafío que como un obstáculo. Es mentira que la diversidad va en detrimento de la calidad, eso es lo que muchos quieren seguir pensando para mantener cerrados los círculos de validación elitistas.
Sin embargo sí existen límites, lógicamente pero no siempre están claramente marcados. Por el lado del enfoque del arte sonoro quizás el recorte es menos discutido, una expresión de cualquier ámbito disciplinar que contemple y haga énfasis en los elementos sonoros y que nos sitúe ante obras de carácter intermedia bien puede formar parte de la selección de trabajos, esto por supuesto mas allá de la evaluación de las calidades. En cambio la selección de trabajos musicales suele ser más complicada. Cuando hablamos de música en general, sin más, estamos abarcando un espectro demasiado amplio, casi es lo mismo que no decir nada. Ahora bien, cuando tratamos de especificar qué música buscamos, encontramos que los límites se desdibujan. Nos vemos ante una gran paleta de grises que se sitúa entre las músicas populares actuales y lo más conservador de las músicas académicas contemporáneas atravesados además por la experimentación. Hoy vemos con mucha naturalidad que obras académicas incorporan elementos de las músicas populares y sucede lo mismo a la inversa y a su vez conviven y muchas veces se confunden con producciones de artistas que no provienen de una formación musical pero que a través de la experimentación están produciendo trabajos muy novedosos. Creo que se está abriendo el juego para la emergencia de un saber menos exclusivo, muchas veces intuitivo pero no por eso menos verdadero, es más, todo lo contrario. Es mas fácil pensar qué cosas no entran y en ese sentido puedo decir por ejemplo que entendemos que las músicas como el rock, el pop, las músicas folklóricas, el tango, etc., cuando no innovan y no ponen en crisis sus propios lenguajes de referencia, no afrontan ningún riesgo estético y siguen siendo, en términos de género, lenguajes conocidos que se hallan difundidos e instalados en el medio cultural y que poseen un circuito, que incluso muchas veces también es comercial y no representan algo que la gente desconozca. Por eso nosotros elegimos difundir y potenciar lo más diverso que podamos recoger de las expresiones de calidad menos expuestas y recuperar el diálogo entre los lenguajes artísticos contemporáneos y de vanguardia con el público en general.
Nuestra metodología consiste en evaluar obra por obra; no sólo los niveles de calidad de su factura, sino también lo que cada una de las postulaciones aporta respecto de los objetivos de TSONAMI; en este sentido la diversidad, la inclusión, la renovación no son tomadas sólo como valores deseables si no como condición necesaria de posibilidad para la construcción, desarrollo y potenciación colectivas.
Creemos que una sociedad igualitaria es aquella en donde todas la voces tengan sus espacios, por lo tanto no renegamos de las expresiones populares ni las académicas pero elegimos realizar este recorte, que incluye sectores de ambos y que de por sí es amplio y heterogéneo, para que al hablar de diversidad e inclusión lo hagamos en serio, con todas las cartas sobre la mesa. Quizás en un futuro sea posible montar un escenario donde todas las expresiones sonoras de nuestras culturas tengan presencia.
La programación del festival se estructura a través de una convocatoria internacional de presentación de proyectos. ¿Está dando buen resultado esta fórmula? ¿Recibís proyectos de muchos países?
Bueno, en realidad la mitad de la programación se realiza por convocatoria, la otra corresponde a invitados especiales. La convocatoria esta dando mucho mejor resultado de lo que esperábamos cuando comenzamos allá en el 2008. Recibimos propuestas desde lugares muy distantes de Buenos Aires. Puedo mencionar trabajos de Taiwán, Corea, Sri Lanka, Australia, Reino Unido, Austria, Suecia, Alemania, Francia, Italia, España, Grecia, EEUU, Canadá y por supuesto de casi toda América Latina.
Por el lado de los invitados para esta edición 2011 contaremos con la presencia de Rodrigo Sigal del CMMAS y Manuel Rocha Iturbide de México, el trío de improvisación y creación colectiva Sónax de Brasil, la compositora y Artista sonora colombiana Ana Romano, el compositor Sueco Jens Hedman, el estreno de la obra El sonido de un Trueno del compositor argentino residente en Francia Ricardo Mandolini, y por supuesto la presencia de muchísimas figuras locales como Raúl Minsburg, Daniel Schachter, Elsa Justel, y otros. De España contaremos con un trabajo del Compositor y artista sonoro Carlos Suárez, quien fuera invitado en el 2009.
En la “filosofía” de TSONAMI hay también un espacio para la formación, y este es un aspecto que siempre nos parece importante tratar. En la programación del festival presentáis una serie de seminarios, talleres y conferencias que tratan diversos aspectos sobre el arte sonoro, lo que sin duda contribuirá a dar una dimensión más completa a la edición de este año. En un plano más general, ¿como observáis la situación actual de la educación en este sentido? ¿Pensáis que en el contexto latinoamericano se están produciendo cambios en este aspecto, que lleven a considerar una formación más especializada, también desde las instituciones universitarias, conservatorios, escuelas de arte…?
Creo que estamos en un momento donde muchos órdenes establecidos están en crisis. Las comunicaciones y la tecnología están jugando un rol fundamental a la hora de redefinir los contextos socioculturales. Las comunidades generan una demanda de conocimientos y saberes muy dinámica, lo que representa una crisis y un desafío para las instituciones educativas que necesitan desarrollar modelos curriculares flexibles y capaces de contar con una oferta educativa que permanezca actualizada. En este contexto de redefiniciones creo que quienes formamos parte del ámbito artístico, si no le damos la espalda al asunto, tenemos una gran oportunidad de revalorizar la educación artística. Por lo menos en Argentina, pareciera haber algunas nuevas instituciones que están recogiendo esta demanda ofreciendo programas novedosos o que al menos representan una alternativa donde se hace un fuerte hincapié en la incorporación de las nuevas tecnologías a los lenguajes artísticos, lo que naturalmente abre las puertas a nuevos paradigmas de creación. Sin embargo esto coexiste con las estructuras de las grandes instituciones tradicionales, más rígidas, que parecerían quedar rezagadas en el debate. Mientras que, por un lado, hay universidades que cuentan entre su oferta de grado y posgrado con carreras artísticas ligadas a la tecnología, por otro, existen otras instituciones donde se manejan las categorías de Bellas Artes bajo un concepto que hoy por hoy pareciera no ajustarse a la descripción y definición de las producciones artísticas actuales. Siendo músico proveniente del ámbito académico, me da la impresión, haciendo un juicio súper aventurado, que la música académica en general corre por caminos un poco más lentos que los del arte sonoro, donde además, no es extraño que algunos artistas provengan de las artes visuales. De todos modos vale aclarar que aunque la tecnología trae consigo la necesidad de cambios, estos exceden lo meramente tecnológico. Las transformaciones se dan en el terreno de los modos de producción del saber, de la evaluación de la calidad, se redefinen los límites disciplinares y se rompen círculos de validación.
Es por esto, justamente, para no dar la espalda al debate, que desde TSONAMI tratamos de realizar nuestro pequeño aporte. Por un lado organizando talleres y seminarios que resulten de utilidad práctica a los artistas e introduzcan la reflexión sobre la actividad, pero también como una instancia de transmisión e intercambio de experiencias interdisciplinarias entre artistas y que a su vez generen un grado de acercamiento hacia el público.
Vivimos una época en la que las nuevas tecnologías se han impuesto claramente en la difusión de eventos, también en aquellos que involucran al arte. ¿Qué impacto tiene internet en la difusión de TSONAMI? ¿Habéis considerado en algún momento la posibilidad de ampliar ese impacto, por ejemplo, mediante la difusión en tiempo real de algún evento? Hemos visto algo así precisamente en el Ciclo Instrumentos Solos en el CCEBA…
Creo que no exagero cuando pienso que sin internet no existiría TSONAMI. Desde lo organizativo, casi todo el trabajo lo realizamos en forma on line; hoy la mitad del equipo vive en Buenos Aires y la otra en La Plata. Asimismo, el equipo esta conformado por un chileno, dos colombianos, las chicas de prensa y yo, que somos argentinos; en determinados momentos del año cuando los extranjeros vuelven a visitar a sus familias, internet nos da la posibilidad de seguir trabajando en forma conectada sin interrupción. De otro modo, siendo un grupo tan pequeño de personas, no podríamos realizarlo. Además internet acorta muchas distancias y nos permite el contacto con los artistas de cualquier parte del mundo con quienes podemos planear y organizar sus presentaciones.
Para realizar las convocatorias para nosotros es indispensable internet, ya que la misma la realizamos principalmente por ese medio, haciendo uso de mail, redes sociales, sitios web. En ese sentido estamos avanzando hacia una mayor interactividad con los participantes y con el público, quizás la próxima edición ya realicemos la recepción de las propuestas de la convocatoria exclusivamente en forma on line, un modo de hacerle un pequeño guiño a la ecología ahorrando papel y energía. Por ejemplo, la inscripción a los seminarios de esta edición la estamos realizando enteramente mediante un formulario electrónico, ni siquiera vía e-mail.
El año pasado el encuentro se desarrolló también en Chile. ¿Qué vínculo existe entre el TSONAMI Valparaíso y el que celebráis en Buenos Aires? No hemos encontrado en esta ocasión información de la “sección chilena”…
Como ustedes sabrán bien TSONAMI nace en Chile, luego en el 2008 se celebra la primer edición en Buenos Aires. A partir de ese momento, lo que se había pensado como una extensión del TSONAMI Chile, cobró relevancia en Buenos Aires y se conformaron dos equipos independientes, que trabajamos conforme a los mismos principios de base, pero en forma autónoma una de la otra. En el 2008 y 2009 pudimos coordinar la realización del evento en momentos cercanos pero luego las realidades y tiempos de uno y otro lugar evidentemente se impusieron. Sin embargo esperamos que en un futuro próximo podamos volver a coordinar acciones de modo de seguir fortaleciendo la red de artistas Latinoamericanos.
Vale la aclaración, en la página web no han encontrado el link a TSONAMI Chile solo porque hemos tenido un conflicto con la misma y estamos mudando el contenido al siguiente blog: http://tsonamibuenosaires.blogspot.com
El contexto en el que se celebra el encuentro es Buenos Aires. Desde España tenemos la impresión de que últimamente es una ciudad especialmente viva en lo cultural. Sabemos que siempre lo ha sido, pero ahora percibimos que se hacen cada vez más actividades, que realmente se están planteando propuestas nuevas. ¿Tenéis esa misma percepción? ¿Hay una respuesta institucional, desde la propia ciudad, que arrope las iniciativas?
Sí, es cierto, se siente una efervescencia creativa en toda la región, no sólo en Buenos Aires. Como bien decís, Buenos Aires siempre se caracterizó por ser una ciudad repleta de actividades culturales y tal como lo mencionábamos antes, esto se articula con ciertos aires renovadores. Se siente la necesidad de expresarse. El hecho de que cada vez existen más organizaciones y eventos autogestionados, como lo es TSONAMI, por un lado habla de la creciente actividad, pero por otro de una falta de espacios oficiales establecidos para la difusión del arte sonoro y las nuevas músicas. El impulso que se siente en ese sentido suele corresponder a organizaciones o emprendimientos independientes con mayor o menor apoyo.
De todos modos esa actividad creciente genera presión, de manera que se van creando de a poco algunas instancias. Por ejemplo para esta edición de TSONAMI contamos con el beneficio de la Ley de Mecenazgo del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, al que accedimos tras haber sido seleccionados junto con otros proyectos culturales. Hay que decir también que en la puesta en marcha de la operatoria se evidencia esa falta de agilidad de las instituciones tradicionales de las que hablábamos antes. Hay que tener en cuenta que el arte sonoro y la música contemporánea, de vanguardia o las músicas experimentales nunca fueron el plato fuerte de los programas culturales, ese es un terreno donde hay que seguir conquistando espacios y donde los artistas nos debemos una autocrítica en torno a que cosas hacemos o dejamos de hacer para estar siempre en esa posición de “papagayos de jardín” como dice el compositor boliviano Sergio Prudencio:
“Somos un excedente social lujoso, como un papagayo en el jardín, que no ara la tierra, no da leche, ni siquiera cuida la casa, pero la adorna. ¿Situación irreversible? No creo. Sobre todo porque somos lo que somos, por formación. Se nos ha enseñado a no establecer vínculos con la sociedad, a no formar parte real de ella. Y eso puede cambiar. Cambiará cuando en vez de sentirnos víctimas, nos reconozcamos cómplices de esa situación estéril. Cambiará cuando dejemos de ser niños (en ese mal sentido). Cambiará cuando descubramos que tenemos armas no sólo para integrarnos a la sociedad sino para ayudar a transformarla. Porque con esa imagen del compositor en el éter (que tanto envanece a tantos), pierde el propio creador, pierde la comunidad, y sólo gana el sistema, ése que no quiere más (ni menos) que su propia perpetuación.” (C. Prudencio: Desde el jardín. En: Presencia, La Paz, Bolivia, agosto de 1993)
Creo en este sentido que debemos revisar cómo y qué tipo de espacios construimos desde nuestros circuitos. Una de las consignas principales de TSONAMI es recoger esa diversidad que se halla fragmentada, en espacios reducidos, segmentados y que muchas veces responden a la sectorización que se genera desde las mismas instituciones, unas veces por escasez de recursos, muchas otras por miopía y otras tantas por temor a perder espacios de influencia. Lo cierto es que si TSONAMI tiene algún mérito es que supimos construir un ámbito justo donde se necesitaba, en los límites donde todos nos distanciábamos, incluso del público, nosotros propusimos un punto de encuentro.
En un tiempo de crisis económica que azota a todo el planeta observamos que TSONAMI tiene el apoyo de dos importantes entidades, Itaú Cultural y Fundación YPF (la segunda la conocemos bien…). Aparentemente, “desde fuera”, estos apoyos resultan esperanzadores; da la impresión de que los proyectos serios son tomados en serio. ¿Estáis satisfechos en este sentido o pensáis que todavía hay un largo trayecto que recorrer para que las instituciones se involucren en iniciativas como TSONAMI?
Realmente estamos muy agradecidos tanto a Fundación YPF como a ITAU Cultural que han decidido acompañarnos en esta edición, pudimos conseguir el apoyo de estas dos importantes instituciones a través de la ley de mecenazgo, pero esto no significa que nos demos por realizados, efectivamente queda un largo camino por recorrer. TSONAMI es una organización independiente y sin fines de lucro por lo que los apoyos y contribuciones como los de Fundación YPF e ITAÚ Cultural son de suma importancia para el desarrollo de nuestras actividades y para la difusión y creación de nuevos espacios para el Arte Sonoro y las Nuevas músicas. Obviamente resulta esperanzador y abre un panorama más serio pero lo más importante es que esto representa la confirmación de que hay que seguir trabajando con paciencia y con objetivos fuertes y claros. Si aprendimos algo es que la constancia es esencial.
Esperamos que a partir de estas experiencias las empresas e instituciones sigan involucrándose y apoyando proyectos como TSONAMI, si podemos seguir trabajando juntos y pensar a mediano plazo podrían concretarse algunos proyectos de gran alcance que se presentan como posibles.
Para terminar, ¿cómo véis el panorama artístico latinoamericano en general, y el del arte sonoro en particular? Nuestra percepción, desde Europa, es que cada vez hay propuestas más interesantes y que los contextos geográficos hegemónicos se han roto definitivamente. ¿Tenéis esta misma percepción, al margen de que haya países que, por su larga trayectoria, puedan disponer de más recursos y una infraestructura cultural que todavía destaca entre los demás?
A través de las convocatorias y el contacto directo con artistas tenemos la suerte de poder intercambiar ideas y apreciar algunas generalidades. Creo que Latinoamérica se perfila cada vez más hacia una autonomía cultural. Vemos que, sobre todo en las camadas de artistas más jóvenes, ese pensamiento hegemónico que nos indicaba que el horizonte se encontraba en Europa y EEUU ha entrado en crisis. La institucionalidad de América se ha construido en base a los modelos europeos y esta institucionalidad ha marcado los ideales estéticos a seguir; sin embargo, por debajo siempre existió un sustrato condicionado por un contexto sociocultural particular. Rodolfo Kusch, filosofo Argentino, hablaba de un sujeto Americano que se da en el punto de tensión entre el proyecto de progreso occidental introducido por Europa y todo lo que ese mismo proyecto niega para poder existir y que todo lo que se produce en América se encuentra impregnado de esta tensión. Es decir, mientras que en la superficie, América ofrece una mascara occidentalizada, por debajo existe un sustrato de todo aquello negado que presiona y donde se desarrollan las necesidades más vitales. Es este sujeto Americano lo que creo que se expresa en esas propuestas que sentimos como interesantes y originales y que por supuesto en el arte sonoro emerge con características particulares propias.
Quizás esa falta de recursos e infraestructura que mencionas sea la causa misma y el factor que configuran propuestas superadoras e innovadoras basadas en nuestras realidades que de a poco dejan de esconderse tras las máscaras de un progreso que al menos no es totalmente nuestro. Si a esto le sumamos la globalización, el acceso masivo a las comunicaciones y la tecnología, esas fronteras se desdibujan absolutamente. Como ustedes saben, TSONAMI hace un fuerte énfasis en las producciones latinoamericanas, pero obviamente, no en función de asilarse del resto del mundo si no para crear un diálogo de igual a igual, que justamente por aquellas carencias muchas veces se hace dificultosa. Esperamos en esta nueva edición de TSONAMI Buenos Aires, del 12 al 18 de mayo, sea una vez más un espacio de encuentro de nuestras realidades artísticas donde podamos compartir, disfrutar, debatir y en definitiva seguir construyendo un ámbito plural, inclusivo e innovador.
Información
Encuentro de Arte Sonoro TSONAMI Buenos Aires 2011
Tel: 0221- 15 4084902
E-mail: tsonamibsas@gmail.com
Web: http://tsonamibuenosaires.blogspot.com
Centro Cultural Recoleta
Junín 1930
C.P. 1113
Buenos Aires
Tel: 4803 1040
Web: http://centroculturalrecoleta.org
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