La idea de “feria” no es nueva ni moderna. Desde la Baja Edad Media encontramos el concepto de feria como exposición de productos para su venta o intercambio comercial, ya vinculada muy directamente a la conformación urbana de las ciudades (en torno a la plaza mayor como lugar de reunión y centro de actividad), así como con la propia organización de la sociedad y la economía occidentales en la evolución de un modelo feudal a la economía de mercado. En nuestro tiempo, las ferias sectoriales tienen un objetivo meridianamente claro: dar una perspectiva del mercado, servir de plataforma de lanzamiento a nuevos productos e ideas comerciales, así como poner en comunicación a los profesionales para motivar el intercambio comercial, las alianzas y los negocios. Y las ferias, en el campo de las artes, no son una excepción. No hay más que ver cómo está planteado ARCO, para entender que -aunque en alguna medida “se vende” como gran exposición de la creación contemporánea, abierta al ciudadano- se trata de un evento centrado en promover movimientos en el mercado, en este caso el de las llamadas artes visuales.
En el terreno de las artes escénicas, y en el contexto español, las ferias tienen ya una trayectoria considerable. Basta darse una vuelta por la Coordinadora de Ferias de Artes Escénicas (COFAE) -promovida por el INAEM- para darse cuenta de la importancia que ha ido tomando este tipo de eventos para la promoción y desenvolvimiento de este campo artístico tan amplio. La primera feria del teatro data de 1981 y, poco a poco y en diferentes contextos, van surgiendo otras, hasta contar un total de quince, al menos las integradas en COFAE.
Siguiendo en el contexto nacional y el de la música clásica, hoy por hoy no existe una feria que agrupe al sector. Ni tampoco una gran feria en el de la denominada música comercial, lo que resulta más curioso si pensamos en el volumen de negocio que mueve en nuestro país y el interés de las diferentes industrias por promoverse. Parece que un MIDEM español no seduce a un sector, quizá demasiado preocupado por la crisis de la industria discográfica.
Y en este escenario es donde aparece el I Encuentro Profesional de Música Contemporánea, evento promovido por el INAEM e inscrito en el marco del XXVI Festival de Música de Alicante, con un propósito claro: el de poner sobre la mesa que la música contemporánea también está en el mercado y tiene un público concreto, quizá con un target más complejo de definir que en otros ámbitos, pero un público al fin y al cabo. Como indica el todavía director del CDMC Jorge Fernández Guerra en la presentación de esta primera edición, “El Encuentro quiere promover el contacto entre profesionales y mostrar la vitalidad de la actual realidad española del sector y de los grupos musicales profesionales, la discografía, los editores y las instituciones, a través de los que se pueden comprender el excepcional momento compositivo e interpretativo de la música contemporánea nacional.” Y esa es una clave importante que entendemos justifica plenamente esta apuesta pública: quizá es la primera vez -al menos desde los tiempos de los Cavanilles, Victoria o Morales- que España puede presumir de unas generaciones de músicos que, tanto en calidad como en cantidad, son perfectamente asimilables a los de cualquiera de las potencias de su entorno. Pero además, en los últimos años se ha comenzado a producir un fenómeno realmente novedoso, por el que empieza a existir cierta preocupación entre diversas instituciones de calado por difundir la creación musical contemporánea. Quizá el ejemplo más claro y contundente sea el de la Fundación BBVA o la apuesta discográfica ANEMOS, promovida desde el INAEM en colaboración con el sello Glosa y la distribuidora Diverdi. Pero no hay que olvidar otras apuestas privadas, de menor capacidad económica (y por ello, de un mérito considerable), como los sellos Verso o Columna Música, o la cantidad de magníficas iniciativas que -en forma de pequeño ciclo o festival- van jalonando la geografía española, a base de mucho tesón y luchando por sacar adelante conciertos y otras actividades con irrisorios recursos económicos.
Todo este rico panorama no debe desestimarse, y por ello una iniciativa como el Encuentro Profesional de Alicante puede ser una buena oportunidad para que la música contemporánea tome carta de naturaleza en ese contexto ineludible que es el mercado cultural. Guste o no guste, la compra-venta en el campo del arte es una realidad y sería absurdo obviarlo.
Expositores y showcases
El I Encuentro de Música Contemporánea ocupará los días 23 y 24 de septiembre el nuevo y flamante espacio cultural alicantino, el Centro Cultural “Las Cigarreras”, la antigua fábrica de tabaco de la ciudad reconvertida ahora en un gran espacio público, diseñado a partir del modelo de centro de artes experimental que tan buenos resultados ha dado en otros lugares. Además del formato habitual de este tipo de ferias, el Encuentro contará con una serie de conciertos breves (showcases) en los que podremos escuchar una buena muestra de obras e intérpretes, que serán los encargados de poner la guinda final a las actividades del Festival de Alicante, ya que son estos conciertos los que cerrarán la edición de este año.
Comenzarán estos conciertos de formato reducido el día 23 a las 11,30 h., con el Ensemble neoArs Sonora y obras de Miguel Gálvez Taroncher, Marisa Manchado, Iluminada Pérez Frutos y Jesús Torres. El mismo día, a las 13 h., tomará el relevo el Arts Trio, con composiciones de Luis Cosme González Romero y Luis Bedmar. El día 24 se podrá escuchar en la sesión de las 11,30 h. un programa íntegramente catalán, de dos generaciones, con obras de Salvador Brotons, Robert Gerhard y Joan Albert Amargós, a cargo del Trío Pérez-Iñesta.
El Encuentro se cerrará ese mismo día 24 a las 13 h. con el Trío De Magia, joven pero experimentada formación, que interpretará la obra de Mauricio Sotelo que da nombre al grupo, además de una obra con electroacústica y textos de San Agustín y Pilar Martín Gila, Il silenzio svelato, de Sergio Blardony, finalizando con Triphonie, del joven compositor barcelonés Josep Sanz Quintana.
Deseamos y esperamos que la iniciativa del INAEM cumpla el objetivo principal que entendemos debe inspirar un evento de este tipo: el de servir de promoción a la indudablemente viva creación musical española, a los que la hacen posible (no sólo intérpretes, sino también a los demás actores), y a contribuir a dar “visibilidad” (siguiendo un término tan de moda hoy) a la música contemporánea producida en nuestro país también en el contexto exterior, mediante las invitaciones internacionales que se hayan lanzado con motivo del Encuentro.
Información
XXVI FESTIVAL DE MÚSICA DE ALICANTE
I Encuentro de Música Contemporánea
23 al 24 de septiembre de 2010
Centro Cultural “Las Cigarreras”
Calle San Carlos, s/n – Alicante
E-mail: cdmc@inaem.mcu.es
Web: http://festivaldealicante2010.wordpress.com/i-encuentro-profesional/
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